miércoles, 30 de septiembre de 2015

Los videos de Planned Parenthood con subtítulos en español.


Breve discurso del Senador James Lankford, valiente defensor de la vida y el único que se manifiesta ante el congreso de EEUU en contra de seguir financiando la internacional abortista Planned Parenthood.


Los famosos videos, en que sale a la luz las intenciones de la internacional del aborto Planned Parenthood, con subtítulos en español:

Video 1: Planned Parenthood usa abortos para vender partes de bebés:



Video 2: Planned Parenthood vende órganos de bebés abortados:



Video 3: Capital Humano Episodio 1 - Planned Parenthood Mercado negro de Bebés.



Video 4: Planned Parenthood negocia con fetos intactos [imágenes fuertes]:



Video 5: Planned Parenthood Vende Bebés Abortados [imágenes Fuertes]:



Video 6: Capital Humano Episodio 2 Planned Parenthood sitio de provisiones:



Video 7: Escándalo Planned Parenthood:



Video 8: Bebés abortados StemExpress quiere otros 50 hígados por semana:



Video 9: socios de Planned Parenthood “Hay fetos intactos que se salen solos”:



Video 10: Capital Humano Episodio 4: ejecutivos de Planned Parenthood acuerdan ventas:

Bergoglio: Judas o Pilatos. Por Augusto TorchSon


BERGOGLIO: JUDAS O PILATOS


Muchos ven en el “Obispo de Roma” un verdadero Judas. Sin lugar a dudas argumentos sobran para este tipo de consideraciónes. Si nos atenemos a las innumerables persecuciones a los católicos fieles, las transgresiones al magisterio inmutable, las flagrantes herejías, entre otras deleznables actitudes a favor de los más recalcitrantes pecadores a los que nunca corrige sino que confirma en sus vicios; entonces podríamos considerar que efectivamente podría corresponderse a un moderno Judas.

Expongamos un par de casos. Sabemos que a pesar de lo que la prensa judaica nos quiere hacer creer, la supuesta crisis humanitaria de los refugiados no es sino una invasión (recomiendo este artículo) aceptada mansamente por la Europa paganizada y afeminada. Y me refiero a las masas y no a los que valientemente resisten. Para caracterizarse como Judas, Bergoglio exigió a las parroquias que acepten estos yihadistas en las parroquias. Así el lamento de Nuestro Señor Mi casa será llamada casa de oración… Pero vosotros habéis hecho  de ella una cueva de ladrones” (Marc. 11, 17) hoy se ve renovado con la diferencia que no sólo no está Él, ni nadie para sacar a latigazos a los profanadores, sino que además se pretende que dicha acción se hace en nombre Su “misericordia”.


Es conveniente recordar el obispo de Hungría que no aceptó traicionar a sus fieles y a su patria por mandato bergogliano (aquí).

En esto tenemos que ser claros. El Corán llama a convertir a los infieles o a matarlos. Mucho se escribió en este blog al respecto  (aquí y aquí). Y por su parte el Talmud considera a los no judíos (goyim) como “bestias con forma humana”, agregando “Cualquier cosa es permitida que esté en contra de ellos. El judío puede mentirles, trampearlos y robarlos. Puede violarlos y asesinarlos”; todo esto al señalar que “Solo el judío es humano” (para ampliar aquí). Sin embargo los “católicos modernos” descreen que los seguidores de estos falsos cultos sean consecuentes con sus prescripciones religiosas. Y es lógico que así sea porque son autoreferenciales, y si dicen creer en Dios sin creerle a Dios, obviamente que no se puede pretender que, quien así piense, no crea lo mismo para los demás. Por eso, la consideración de que son musulmanes moderados, o judíos moderados es la misma que la que tienen los católicos liberales de sí mismos, es decir, se creen católicos moderados, que en realidad significa, musulmanes, judíos y católicos inconsecuentes con su fe. Y aprovechando este ambiente “moderado” reinante en el mundo occidental, Bergoglio con toda malicia engañó diciendo: “El Corán es un libro profético y de paz” (30/11/2014). Otra inmensa traición a los cristianos a los que expone a su extinción, especialmente en Europa, mientras poco dice y nada hace por los mártires en manos de ISIS que bien sabe que son financiados por los norteamericanos a los que dejó encantados congraciándose con ellos con  sus edulcoradas y vacías palabras.

No se puede dejar de tener en cuenta la información recientemente salida a la luz, del Cardenal Daneels, hombre de confianza de Bergoglio, confesando en su biografía autorizada con toda liviandad que junto con los cardenales Kasper, Lehman, Silvestrini y el masónico y extinto Martini conspiraron en contra de Benedicto XVI para derrocarlo y poner en su lugar a Bergoglio (aquí). No está de más recordar que Bergoglio siempre trabajó en coordinación con la logia masónica judaica B’nai B’rith en Buenos Aires y es Rotario honorario, por si se duda de sus estrechas relaciones con la masonería.


Hasta aquí podríamos identificarlo con un moderno Judas, sin embargo, me atrevo a compararlo más bien con Pilatos, y paso a explicarme.

Fue Pilatos quién que prefirió conformar al vulgo antes que hacer lo que sabía que era justo. Ante la oportunidad única e irrepetible de encontrarse ante la Verdad misma, y al escuchar a su Creador decir que quienes son de la verdad escuchan su voz, no atinó si quiera a preguntar a qué tipo de verdad se refería, sino que dijo ¿qué es la verdad?, y en ese sentido mostró su total relativismo con respecto a la verdad, lo que hoy consideramos el más extremo de los liberalismos, el de relativizar lo absoluto y nada menos que al Alfa y Omega; por eso Jesús no respondió. Y eso tenemos que aprender nosotros ante los necios liberales que no quieren conocer la verdad y no debemos caer en la necedad de querer convencer al necio. Y volviendo a Bergoglio, en igual sentido y como leímos en Ex Orbe, éste dijo: "...El santo Pueblo fiel de Dios,no le teme al error...", de la misma manera que hace poco dijo que no sabía si lo que iba a decir “pueda ser una herejía”. Y es que no le interesa de ninguna manera la Verdad, le importa lo que cada uno piensa que es verdad, lo que las masas piensan como verdad y quieren oír para complacerse y justificarse en sus vicios para acallar sus conciencias, y ciertamente el amortiguamiento de conciencias es uno los efectos inmediatos de ésta anulación del “sentido de la culpa” para cambiarlo por el psicologísta “sentimiento de culpa” como publicamos hace un tiempo atrás (aquí) y que tiene como “beneficio apostático” el desterrar la confesión sacramental, y a lo sumo cambiarla por una consulta a un psicoterapeuta si uno no es capaz de acallar por sus propios medios sus pecados. Y es que Bergoglio hizo desaparecer definitivamente el pecado personal, para reemplazarlo por uno “más abarcativo”, el pecado social de la indiferencia con los pobres, excluidos y periféricos; el pecado contra la “ecología”, contra la “casa común”.

En su conducta de agradar a todo el mundo, fue a visitar a los genocidas Castro y a adularlos y de ninguna manera a llamarlos al arrepentimiento, y después fue al país generador de la casi totalidad de las guerras y conflictos del último siglo y habló de la pena de muerte, cuando en Cuba que se asesinaron a miles de cubanos con dichas penas, no se le ocurrió mencionar éste tema. En cambio, en EEUU, donde el año que se más se ejecutó a reos fue en el 1999 con 98 ejecuciones, pero que todos los años se asesinan millones de niños en el vientre materno, con el presidente más abortista de la historia yanqui, se le ocurrió que era inhumana la pena de muerte, que incluso no está excluida por el magisterio eclesiástico. Y así por ejemplo dijo en el Capitolio que los más indefensos de la familia eran “los jóvenes”. Para quienes digan que sí mencionó el aborto, les recuerdo que su mención a la “defensa de la vida en todas sus etapas” no es precisamente un reproche firme y tajante ante el mayor genocidio de la historia y suena para las autoridades gubernamentales como música para sus oídos, porque pueden desentenderse perfectamente de esa puntualización, sosteniendo cómo lo hacen que el feto no es persona. No nos extraña que se lo haya aplaudido reiteradamente de pie.



No resulta ilógico entonces que en su discurso ante la ONU no mencionará a Jesucristo, ya que no fue su intención llevar el mensaje de Cristo ante la masónica institución. Mucho más lógico y adecuado resulta entonces que la “católica” Shakira le cantara “Imagine” soñando un mundo sin Cielo ni Infierno y sin religión. Quién diga que no puede atribuírsele culpa de esto a Bergoglio, les recordamos que esa misma canción fue la elegida para el “partido por la paz” que él mismo organizó (aquí).

Igualmente se puede mencionar sus palabras en Filadelfia al decir “Cuántos problemas se resolverían si nuestras sociedades protegieran a las familias, especialmente a los matrimonios jóvenes”, esto después de haber facilitado y simplificado el proceso de nulidad de los matrimonios. Esto sin mencionar el sincrético encuentro en la zona “Ground Zero”.


Así Bergoglio, al igual que Poncio Pilatos, opta por lavarse la mano ante la Verdad que tiene el deber de predicar y de defender, cometiendo nada menos que el pecado que lo hace vomitivo ante Dios: la tibieza. Y más teniendo en cuenta el lugar y la responsabilidad que le toca, por lo menos, a los ojos del mundo, si optamos por no sospechar de su carácter de pontífice a pesar de las abrumadoras evidencias que lo comprometen.

San Juan advertía “Ellos tales son del mundo, y por eso hablan del mundo, y el mundo los escucha” y continúa diciendo: “Nosotros somos de Dios. Quien conoce a Dios, nos escucha: en esto conocemos el Espíritu de la verdad y el espíritu del error (1° Juan 4; 5-6), lo que Mons. Straubinguer señala en su exégesis como preciosa regla para el discernimiento de los espíritus:los discípulos del Anticristo no quieren oír las palabras apostólicas. El que no es de Dios escucha a sus heraldos”. He aquí a uno de los principales heraldos del Anticristo.

Mencionó también Bergoglio la suprema importancia del “agua potable”, “la libertad de espíritu, de educación y la libertad religiosa”, y repitiendo los horrores del magisterio conciliar, tendríamos entonces que repudiar la frase del Aquinate al sostener “La Iglesia es como la arca de Noe, afuera de que nadie puede ser salvo” y siguiendo al falsario desterrar el “Extra ecclesiam nulla sallus” el cual pasa a ser opcional e intercambiable por algún acto misericordioso hacia los periféricos.

Como Pilatos, Bergoglio tampoco cree que nadie pueda arrogarse el monopolio de la verdad, y ante la pregunta de ¿qué es la verdad? responde como lo hizo a su periódico marxista preferido “La Repubblica” “…yo no hablaría, ni siquiera para quien cree, de una verdad absoluta… ¡la verdad es una relación!” (aquí)

Hoy, como hace 2000 años Cristo sigue siendo condenado, por un demócrata, por un liberal, por quien sabiendo cual es la verdad prefiere la demagogia. Hoy la verdad se la deja al gusto de la multitud.

Castellani sostenía que la religión del Anticristo sería un cristianismo sin Cristo y ya estamos viviendo esa situación. Parafraseando una vez más a Castellani, solo nos queda esperar en estos tiempos, que Dios nos agarre confesados.

Augusto

Francisco: “La globalización no es mala, al contrario, la tendencia a globalizarnos es buena, nos une”.


Francisco y líderes de “otras religiones”: anglicanos, judíos, musulmanes, un gurú hindú y representantes budistas.


[Información aparecida en ACI Prensa, 26-Sep-2015.] Resaltados nuestros.

TEXTO: Discurso del Papa Francisco con inmigrantes en encuentro por la libertad religiosa

FILADELFIA, 26 Sep. 15 / 04:33 pm (ACI).- El Papa Francisco hizo una profunda reflexión sobre la importancia de la libertad religiosa ante una gran cantidad de personas entre las que había un nutrido grupo de inmigrantes en esta importante ciudad de Estados Unidos. A continuación el texto completo de sus palabras (las cursivas son las palabras improvisadas del Santo Padre):


Queridos amigos, buenas tardes:

Uno de los momentos más destacados de mi visita es la presencia aquí, en el Independence Mall, el lugar de nacimiento de los Estados Unidos de América. Aquí fueron proclamadas por primera vez las libertades que definen este País. La Declaración de Independencia proclamó que todos los hombres y mujeres fueron creados iguales; que están dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables, y que los gobiernos existen para proteger y defender esos derechos. Esas palabras siguen resonando e inspirándonos hoy, como lo han hecho con personas de todo el mundo, para luchar por la libertad de vivir de acuerdo con su dignidad.
La historia también muestra que estas y otras verdades deben ser constantemente reafirmadas, nuevamente asimiladas y defendidas. La historia de esta Nación es también la historia de un esfuerzo constante, que dura hasta nuestros días, para encarnar esos elevados principios en la vida social y política. Recordemos las grandes luchas que llevaron a la abolición de la esclavitud, la extensión del derecho de voto, el crecimiento del movimiento obrero y el esfuerzo gradual para eliminar todo tipo de racismo y de prejuicios contra la llegada posterior de nuevos americanos. Esto demuestra que, cuando un país está determinado a permanecer fiel a sus principios, a esos principios fundacionales, basados en el respeto a la dignidad humana, se fortalece y renueva. Cuando un país guarda la memoria de sus raíces, sigue creciendo, se renueva y sigue asumiendo en su seno nuevos pueblos y nueva gente que vienen a él.
Nos ayuda mucho recordar nuestro pasado. Un pueblo que tiene memoria no repite los errores del pasado; en cambio, afronta con confianza los retos del presente y del futuro. La memoria salva el alma de un pueblo de aquello o de aquellos que quieren dominarlo o quieren utilizarlo para sus propios intereses. Cuando los individuos y las comunidades ven garantizado el ejercicio efectivo de sus derechos, no sólo son libres para realizar sus propias capacidades, sino que también con estas capacidades con su trabajo contribuyen al bienestar y al enriquecimiento de la sociedad.
En este lugar, que es un símbolo del modelo de los Estados Unidos, me gustaría reflexionar con ustedes sobre el derecho a la libertad religiosa. Es un derecho fundamental que da forma a nuestro modo de interactuar social y personalmente con nuestros vecinos, que tienen creencias religiosas distintas a la nuestra. El ideal del diálogo interreligioso donde todos los hombres y mujeres de diferentes tradiciones religiosas pueden dialogar sin pelearse, eso lo da la libertad religiosa.
La libertad religiosa, sin duda, comporta el derecho a adorar a Dios, individualmente y en comunidad, de acuerdo con la propia conciencia. Pero, por otro lado, la libertad religiosa, por su naturaleza, trasciende los lugares de culto y la esfera privada de los individuos y las familias porque el hecho religioso, la dimensión religiosa no es una subcultura, es parte de la cultura de cualquier pueblo y de cualquier nación.
Nuestras distintas tradiciones religiosas sirven a la sociedad sobre todo por el mensaje que proclaman. Ellas llaman a los individuos y a las comunidades a adorar a Dios, fuente de la vida, de la libertad y de la felicidad. Nos recuerdan la dimensión trascendente de la existencia humana y de nuestra libertad irreductible frente a la pretensión de cualquier poder absoluto. Necesitamos acercarnos a la historia, nos hace bien acercarnos a la historia, especialmente la historia del siglo pasado, para ver las atrocidades perpetradas por los sistemas que pretendían construir algún tipo de «paraíso terrenal», dominando pueblos, sometiéndolos a principios aparentemente indiscutibles y negándoles cualquier tipo de derechos. Nuestras ricas tradiciones religiosas buscan ofrecer sentido y dirección, «tienen una fuerza motivadora que abre siempre nuevos horizontes, estimula el pensamiento, amplía la mente y la sensibilidad» (Evangelii gaudium, 256). Llaman a la conversión, a la reconciliación, a la preocupación por el futuro de la sociedad, a la abnegación en el servicio al bien común y a la compasión por los necesitados. En el corazón de su misión espiritual está la proclamación de la verdad y la dignidad de la persona humana y de todos los derechos humanos.
Nuestras tradiciones religiosas nos recuerdan que, como seres humanos, estamos llamados a reconocer a Otro, que revela nuestra identidad relacional frente a todos los intentos por imponer «una uniformidad a la que el egoísmo de los poderosos, el conformismo de los débiles o la ideología de la utopía quieren imponernos» (M. de Certeau).
En un mundo en el que diversas formas de tiranía moderna tratan de suprimir la libertad religiosa, o como dije antes, reducirla a una subcultura sin derecho a voz y voto en la plaza pública, o de utilizar la religión como pretexto para el odio y la brutalidad, es necesario que los fieles de las diversas tradiciones religiosas unan sus voces para clamar por la paz, la tolerancia y el respeto a la dignidad y a los derechos de los demás.
Nosotros vivimos en una época sujeta a la «globalización del paradigma tecnocrático» (Laudato si', 106), que conscientemente apunta a la uniformidad unidimensional y busca eliminar todas las diferencias y tradiciones en una búsqueda superficial de la unidad. Las religiones tienen, pues, el derecho y el deber de dejar claro que es posible construir una sociedad en la que «un sano pluralismo que, de verdad respete a los diferentes y los valore como tales» (Evangelii gaudium, 255), es un aliado valioso «en el empeño por la defensa de la dignidad humana y un camino de paz para nuestro mundo tan herido por las guerras» (ibíd., 257).
Los cuáqueros que fundaron Filadelfia estaban inspirados por un profundo sentido evangélico de la dignidad de cada individuo y por el ideal de una comunidad unida por el amor fraterno. Esta convicción los llevó a fundar una colonia que fuera un refugio para la libertad religiosa y la tolerancia. El sentido de preocupación fraterna por la dignidad de todos, especialmente de los más débiles y vulnerables, se convirtió en una parte esencial del espíritunorteamericano. San Juan Pablo II, durante su visita a los Estados Unidos en 1987, rindió un conmovedor homenaje al respecto, recordando a todos los americanos que «la prueba definitiva de su grandeza es la manera en que tratan a todos los seres humanos, pero sobre todo a los más débiles e indefensos» (Ceremonia de despedida, 19 septiembre 1987).
Aprovecho esta oportunidad para agradecer a todos los que, sea cual fuera su religión, han tratado de servir a Dios, al Dios de la paz construyendo ciudades de amor fraterno, cuidando de nuestro prójimo necesitado, defendiendo la dignidad del don divino, del don de la vida en todas sus etapas, defendiendo la causa de los pobres y los inmigrantes. Con demasiada frecuencia los más necesitados en todas partes no son escuchados. Ustedes son su voz, y muchos de ustedes, hombres y mujeres religiosos han hecho que su grito sea escuchado. Con este testimonio, que frecuentemente encuentra una fuerte resistencia, recuerdan a la democracia americana los ideales que la fundaron y que la sociedad se debilita cada vez que  allí en donde cualquier injusticia prevalece.
Hace un momento hable de la tendencia a una globalización. La globalización no es mala, al contrario, la tendencia a globalizarnos es buena, nos une. Lo que puede ser malo es el modo de hacerlo. Si una globalización pretende igualar a todos como si fuera una esfera, esa globalización destruye la riqueza y la particularidad de cada persona y de cada pueblo.
Si una globalización busca unir a todos pero respetando a cada persona, a su persona, a su riqueza, a su peculiaridad, respetando a cada persona, a cada pueblo, a cada riqueza, a esa peculiaridad, esa globalización es buena: nos hace crecer a todos y lleva a la paz. Me gusta usar la geometría aquí. Si la globalización es una esfera, donde cada punto es igual equidistante del centro, anula, no es buena. Si la globalización une como un poliedro donde están todos unidos pero cada uno conserva cada uno conserva su propia identidad, hace crecer a un pueblo, da dignidad a todos los hombres y le otorga derecho.
Entre nosotros hoy hay miembros de la gran población hispana de los Estados Unidos, así como representantes de inmigrantes recién llegados a los Estados Unidos. Gracias por abrir las puertas. Muchos de ustedes han emigrado. Y los saludo a todos con especial afecto. Muchos de ustedes han emigrado a este país con un gran costo personal, pero con la esperanza de construir una nueva vida. No se desanimen por los retos y dificultades que tengan que afrontar. Les pido que no olviden que, al igual que los que llegaron aquí antes, ustedes traen muchos dones a esta nación. Por favor, no se avergüencen nunca de sus tradiciones. No olviden las lecciones que aprendieron de sus mayores, y que pueden enriquecer la vida de esta tierra americana. Repito, no se avergüencen de aquello que es parte esencial de ustedes. También están llamados a ser ciudadanos responsables y a contribuir como lo hicieron con tanta fortaleza los que vinieron antes a contribuir provechosamente a la vida de las comunidades en que viven. Pienso, en particular, en la vibrante fe que muchos de ustedes poseen, en el profundo sentido de la vida familiar y los demás valores que han heredado. Al contribuir con sus dones, no solo encontrarán su lugar aquí, sino que ayudarán a renovar la sociedad desde dentro. No perder la memoria de lo que pasó aquí hace más de dos siglos, no perder la memoria de aquella declaración que proclamó que todos los hombres fueron creados iguales, que están dotados por su creador de ciertos  derechos inalienables y que los gobiernos existen para proteger y defender esos derechos.
Queridos amigos, les doy las gracias por su calurosa bienvenida y por acompañarme hoy aquí. Conservemos la libertad, cuidemos la libertad, la libertad de conciencia, la libertad religiosa, la libertad de cada persona, de cada  familia, de cada pueblo que es la que da lugar a los derechos. Que este País, y cada uno de ustedes, dé gracias continuamente por las muchas bendiciones y libertades que disfrutan. Que puedan defender estos derechos, especialmente la libertad religiosa, que Dios les ha dado. Que Él los bendiga a todos. Y por favor, les pido, que recen un poquito por mí.

Ofrezcamos todos juntos la oración que Jesús nos enseñó [Padre Nuestro]

The Lord be with you [And also with you] (El Señor esté con ustedes [y con tu espíritu])

God Bless you all


Video:



Un discurso que podría haber sido pronunciado por alguien perteneciente a la masonería.

martes, 29 de septiembre de 2015

Carta del Superior General de la FSSPX a Francisco.


Con respecto al Sínodo que se avecina y las nuevas disposiciones disciplinares con respecto a las “nulidades matrimoniales”, que en muchos casos, de facto se tratan como divorcios encubiertos o divorcio católico, la FSSPX emite una carta pública dirigida a Francisco.

[Noticia aparecida en DICI, 29-Sep-2015]

Súplica al Santo Padre

Santo Padre,

Con viva inquietud comprobamos a nuestro alrededor la degradación progresiva del matrimonio y de la familia, origen y fundamento de la sociedad humana toda. Esta disolución se acelera con fuerza, sobre todo por la promoción legal de los comportamientos más inmorales y depravados. La ley de Dios, incluso simplemente natural, es hoy por hoy pisoteada públicamente, los pecados más graves se multiplican de manera dramática y claman venganza al cielo.

Santo Padre,

No podemos negar que la primera parte del Sínodo dedicado a “Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización” nos ha alarmado vivamente. Hemos escuchado y leído, de personas constituidas en dignidad eclesiástica – que se atribuyen vuestro respaldo, sin ser desmentidas –, afirmaciones tan contrarias a la verdad, tan opuestas a la doctrina clara y constante de la Iglesia en lo concerniente a la santidad del matrimonio, que nuestra alma se ha visto profundamente perturbada. Lo que nos inquieta todavía más son algunas de vuestras palabras, que dan a entender que podría haber una evolución de la doctrina para responder a las nuevas necesidades del pueblo cristiano. Nuestra inquietud brota de la condenación que San Pío X hizo, en su encíclica Pascendi, del acomodación del dogma a pretendidas exigencias contemporáneas. Pío X y vos, habéis recibido la plenitud del poder de enseñar, de santificar y de gobernar en la obediencia a Cristo, que es el Jefe y el Pastor del rebaño en todo tiempo y en todo lugar, y de quien el Papa debe ser el fiel vicario sobre esta tierra. Lo que ha sido objeto de una condenación dogmática no puede convertirse, con el tiempo, en una práctica pastoral autorizada.

Dios autor de la naturaleza estableció la unión estable del hombre y de la mujer con vistas a perpetuar la especia humana. La Revelación del Antiguo Testamento nos enseña de modo clarísimo que el matrimonio, único e indisoluble, entre un hombre y una mujer, fue establecido directamente por Dios, y que sus características esenciales fueron sustraídas a la libre elección de los hombres para permanecer bajo una protección divina particularísima: “No codiciarás la mujer de tu prójimo” (Éxodo 20, 17).

El Evangelio nos enseña que Jesús mismo, en virtud de su autoridad suprema, restableció definitivamente el matrimonio, alterado por la corrupción de los hombres, en su pureza primitiva: “Lo que Dios ha unido, ningún hombre lo separe” (Mateo 19, 6).

Es gloria de la Iglesia católica a lo largo de los siglos haber defendido contra viento y marea, a pesar de las solicitaciones, amenazas y tentaciones, la realidad humana y divina del matrimonio. Siempre ha llevado bien alto – incluso si hombres corruptos la abandonaban por ese solo motivo – el estandarte de la fidelidad, de la pureza y de la fecundidad que caracterizan el verdadero amor conyugal y familiar.

Ahora que se acerca la segunda parte de este Sínodo consagrado a la familia, estimamos en conciencia que es nuestro deber expresar a la Sede Apostólica la profunda angustia que nos embarga al pensar en las “conclusiones” que podrían ser propuestas en esta ocasión, si por gran desgracia fueran un nuevo ataque contra la santidad del matrimonio y de la familia, un nuevo debilitamiento de la naturaleza de la sociedad conyugal y de los hogares. Esperamos de todo corazón que, por el contrario, el Sínodo hará obra de verdadera misericordia recordando, para el bien de las almas, la doctrina salvífica íntegra referente al matrimonio.

Tenemos plena conciencia, en el contexto actual, que las personas que se encuentran en situaciones matrimoniales anormales deben ser acogidas pastoralmente, con compasión, para mostrarles el rostro misericordiosísimo del Dios de amor que la Iglesia da a conocer.

Sin embargo, la ley de Dios, expresión de su eterna caridad para con los hombres, constituye en sí misma la suprema misericordia para todos los tiempos, todas las personas y todas las situaciones. Rezamos, pues, para que la verdad evangélica del matrimonio, que debería proclamar el Sínodo, no sea en la práctica eludida mediante múltiples “excepciones pastorales” que desnaturalizarían su verdadero sentido, o por una legislación que anularía casi infaliblemente su alcance real. En cuanto a esto, no podemos disimularos que las recientes disposiciones canónicas del Motu proprio Mitis iudex Dominus Iesus, que permiten declaraciones de nulidad aceleradas, abrirán de facto las puertas a un procedimiento de “divorcio católico” sin llevar el nombre de tal, a pesar de las referencias a la indisolubilidad del matrimonio que lo acompañan. Estas disposiciones van en la dirección de la evolución de las costumbres contemporáneas, sin tratar de rectificarlas según la ley divina; ¿cómo, pues, no estar conmocionado por la suerte de los niños nacidos de estos matrimonios anulados de manera expeditiva, que serán las tristes víctimas de la “cultura del descarte”?

En el siglo XVI el Papa Clemente VII denegó a Enrique VIII de Inglaterra el divorcio que éste solicitaba. Frente a la amenaza del cisma anglicano, el Papa mantuvo, contra todas las presiones, la enseñanza inmodificable de Cristo y de su Iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio. ¿Veremos ahora esta decisión desaprobada por un “arrepentimiento canónico”?

En todo el mundo en estos últimos tiempos numerosas familias se han movilizado valientemente contra las leyes civiles que socavan la familia natural y cristiana, y alientan públicamente comportamientos infames, contrarios a la moral más elemental. ¿Puede la Iglesia abandonar a aquellos que, a veces en detrimento propio y siempre bajo burlas y ataques, libran este combate necesario pero difícil? Ello constituiría un antitestimonio desastroso y sería para estas personas fuente de hastío y desaliento. Los hombres de Iglesia, por el contrario, por su misión misma deben aportarles un apoyo firme y motivado.

Santo Padre,

Por el honor de nuestro Señor Jesucristo, para consuelo de la Iglesia y de todos los fieles católicos, por el bien de la sociedad y de la humanidad toda, en esta hora crucial, os suplicamos, pues, que hagáis resonar en el mundo una palabra de verdad, de claridad y de firmeza, en defensa del matrimonio cristiano, e incluso simplemente humano, para sostén de su fundamento, a saber, la diferencia y complementariedad de los sexos, como apoyo de su unicidad y de su indisolubilidad.

Confiamos esta humilde súplica al patronazgo de San Juan Bautista, que conoció el martirio por haber defendido públicamente, contra una autoridad civil comprometida por un “nuevo matrimonio” escandaloso, la santidad y la unicidad del matrimonio, suplicando al Precursor de conceder a Vuestra Santidad el valor de recordar ante el mundo entero la verdadera doctrina del matrimonio natural y cristiano.


En la fiesta de Nuestra Señora de los Dolores, 15 de septiembre de 2015
+Bernard FELLAY
Superior General de la Fraternidad San Pío X

lunes, 28 de septiembre de 2015

¿Cónclave dirigido?

[Información en Secretum Meum Mihi, 23-Sep-2015.]


El Espíritu Santo sopla en los cónclaves, seguro, ¡pero así se le echa una manito!



El card. Godfried Danneels (4° de derecha a izquierda) acompañaba al neopontífice en la Logia de la Bendiciones aquel 13 de Marzo de 2013, inmediatamente después de que el Card. Bergoglio saliera electo como Papa.


La primera biografía del card. Godfried Danneels, escrita por los historiadores Karim Schelkens y Jürgen Mettepenningen fue presentada el martes en la Basílica de Koekelberg, revela que el exprimado de Bélgica fue miembro de una red secreta de obispos y cardenales, “Grupo de Saint-Gall/Sankt Gallen" 

Opositor al creciente poder de Ratzinger en el Vaticano, el arzobispo de Milán Carlo Maria Martini comenzó a celebrar reuniones secretas de obispos y cardenales en Saint-Gall/Sankt Gallen en Suiza en 1996. Estas reuniones fueron conocidas vagamente por algunos especialistas, pero nunca hubo ningún informe detallado de las actividades de este grupo, según detalla la biografía de Mettepenningen y Schelkens. En 1999, Danneels se unió al grupo, el cual también conformaba el obispo holandés Adriaan Van Luyn, el cardenal alemán Walter Kasper y Karl Lehman, el británico Basil Hume y el italiano Achille Silvestrini. Para Danneels y sus compañeros se trataban de simples “vacaciones espirituales”, una forma de consuelo y apoyo mutuo en una época para ellos oscura.

Teóricamente el Vaticano envió al cardenal Camillo Ruini para investigar de qué se trataba el grupo, sin poder averiguar nada al respecto. Al mismo tiempo, el “grupo de Saint-Gall/Sankt Gallen” trataba de influir en el curso del Vaticano. La pregunta que surgió más específicamente fue: “¿Qué pasará después de Juan Pablo II, cómo evitar que Ratzinger se convirtiera en Papa?”

En el cónclave de 2005, Joseph Ratzinger demostró ser demasiado fuerte. Danneels y los otros miembros del “grupo de Saint-Gall/Sankt Gallen” apenas lograron ocultar su descepción. Pero su análisis fundamental, que el aparato del Vaticano necesitaba ser innovado y el mensaje de la Iglesia debería ser mucho más optimista, permaneció durante el pontificado de Benedicto. 

La elección de Jorge Mario Bergoglio como Francisco acabó este periodo, para ellos, oscuro. “La elección de Bergoglio fue preparada en Saint-Gall/Sankt Gallen, sin duda. Y las líneas generales de su programa son aquellas que Danneels y sus colegas estaban discutiendo por más de diez años”, escriben Schelkens y Mettepenningen.

En el libro también se refiere el insignificante episodio en el que el card. Danneels fungió como encubridor de su protegido el obispo pedófilo Roger Vangheluwe, y no sabemos si también hablan de cómo trató de comprar —literalmente— el silencio de las víctimas.

¡Que no se piense mal después de haber sido invitado directamente por Francisco al Sínodo extraordinario sobre la familia de 2014 y se repitiera el mismo hecho para el Sínodo ordinario sobre la familia de 2015!


Con informaciones de De Standaard, Sep-23-2015, págs. 16-17; Het Belang van Limburg, Sep-23-2015, pág. 08 y Het Nieuwsblad, Sep-23-2015, págs.02-03.

Entrevista con el fiscal Norberto Quantín.


Recordamos al recientemente fallecido (26-Sep-2015) Dr. Norberto Quantín, católico cabal, coherente, fue uno de los primeros en apoyar la obra de Mons. Marcel Lefebvre en Argentina. Firme colaborador y sostén de la causa de la Tradición Católica. Batalló desde la Justicia con reconocida honestidad y probidad. Lo recordamos en una vieja entrevista con el fiscal Norberto Quantín aparecida en Página/12.

Como no hemos podido actualizar anteriormente nuestra página, aprovechamos para pedir a nuestros lectores, oraciones por el descanso eterno de su alma y consuelo cristiano de su familia.

Dios lo tenga en Su Reino.


CONVERSACION CON EL FISCAL NORBERTO QUANTIN

“El enemigo es el deshonesto”

Tiene la edad en que se atenúa la capacidad de asombro. Sin embargo, trabajar en las causas de Matilde Menéndez, del juez Norberto Oyarbide, de la corrupción en el Concejo Deliberante y de las extrañas muertes del capitán Horacio Estrada y Marcelo Cattáneo lo colocan al borde de la perplejidad, casi a diario. Quantín le quitó horas a su día de descanso y el domingo por la mañana, a la salida de misa, habló con Página/12 en un bar de San Telmo.

Por Susana Viau

-Usted es profundamente creyente. ¿En qué se parecen esa justicia y esta en la que trabaja?
-La otra es infalible y absolutamente justa. Esta pretende ser justa, pero es una realidad que se aleja cada vez más del ideal. Por eso suele decirse que el derecho se conforma con la "justicia legal", la que está en los libros y más allá de que quienes la aplican sepan que la verdad es diferente.

-Con sentimientos religiosos tan fuertes, ¿nunca pensó en ser sacerdote?
-Cuando uno es joven piensa en ser misionero, o héroe, una actividad de entrega y ser un sacerdote, un buen sacerdote, es una de ellas. En otros tiempos cualquier muchacho tenía un ideal relacionado con el servicio a los demás. Si era médico tenía más el objetivo de ser útil a la humanidad que en ganar puntos con los laboratorios. Yo me plantée ser sacerdote y vi que no era ésa mi vocación.

-Se lo acusa de lefebvrista...
-¿Acusa? No es un delito, por el momento.

-Tiene razón, se lo caracteriza "como".
-No hay doctrina lefebrvista, simplemente hay católicos más apegados o más refractarios a las tradiciones.

-Pero el lefebvrismo se asocia a la derecha política.
-Creo que no hay una definición clara de lo que es la derecha política. La derecha en la actualidad no tiene nada de la vieja derecha, que estaba más unida a la cultura, a la preservación de ciertos valores. Esta derecha liberal está ávida de dinero, es absolutamente materialista. La vieja derecha era popular, ésta es elitista. Además, hoy la derecha no tiene ningún gran pensador que la exprese, sus pensadores sólo hacen análisis económicos. No existe un pensamiento culto de derecha.

-¿Es cierto que es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que que un rico entre al reino de los cielos?
-Dicen que en Jerusalén había una puerta estrecha a la que llamaban "la aguja". Hay quienes desmienten que fuera tan chica como se decía y sostienen, en cambio, que el camello, algo agachado, podía pasar. De todos modos, en el Sermón de la Bienaventuranza los pobres tienen asegurada la salvación y en la prédica la puerta a la que se aludía era bastante estrecha, sobre todo si el rico no comparte lo que tiene, no "comulga", que es compartir, para que haya menos pobres.

-¿Cuál es el valor que más aprecia?
--La honradez, que para mí es la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, entre lo que se piensa y cómo se vive. Esa es la virtud más difícil: hacer lo que se predica.

-¿Qué personaje o qué persona admira?
-En la historia argentina, a Belgrano; en la mundial, a San Luis, rey de Francia, que era un modelo de rey, de hombre justo. Entre nosotros, al día de hoy, al doctor Maradona, o, si me da otra oportunidad, al cura, que no conozco, pero hace la limpieza para los chicos en el cotolengo.

-¿Cometió alguna vez un error imperdonable?
-Errores cometí muchos, pero creo que todos se pueden perdonar.

-Que usted no pueda perdonarse, quiero decir.
-Uno siempre es muy benévolo para juzgarse a sí mismo y yo pienso que mis errores siempre fueron cometidos de buena fe, pero decir eso es una fanfarronada. Claro, nunca me senté a pensar cómo podía joder a alguien, de eso sí estoy seguro.

-¿Su mayor pecado?
-La soberbia.

-¿O el orgullo?
-En nuestro idioma el orgullo puede ser legítimo, uno puede estar orgulloso viendo crecer a un hijo. La soberbia nunca lo es. Nunca es buena. Por eso los franceses distinguen entre "l'orgueil" y "la fierté". Pero la vida me dio muchos golpes y a esta altura sería estúpido ser soberbio. La soberbia misma es estúpida.

-¿Su mejor virtud?
--Creo que no ser mezquino. Y no es una cuestión de dinero, me parece que no soy mezquino con mis cosas, con mi tiempo.

-¿Quién lo defraudó?
--Todos aquellos a los que voté.

-¿Cuál fue su día más feliz?
-Debería decir que el día que me casé. Pero la felicidad es tan pequeña, tan fugaz, tan fragmentaria. Como pequeños haces de luz en la oscuridad. Es efímera.

-¿Y, como contraposición, el más triste?
-El 14 de junio.

-... Perdón, pero ¿qué pasó el 14 de junio?
-Fue el día de la rendición en las Malvinas.

-La verdad, yo creí que me iba a contestar que su día más triste había sido el de la muerte de su madre.
-Lo pensé, ¿sabe? Iba a contestar el 28 de junio pero no sabía cómo decirlo, porque es algo muy personal. Ese sí fue un día triste. Yo estaba dando exámenes en el Liceo Naval y había unas separaciones para evitar que nos copiáramos. Uno de los oficiales me miraba todo el tiempo y daba vueltas. Yo me imaginé que era porque sospechaba que me estaba copiando. Al ratito me llamó y me dijo: "Cadete: tengo la obligación de comunicarle que murió su madre. Prepárese y vaya a su casa". Así nomás. Y a lo mejor no hay otra forma. Nunca voy a olvidarme de ese viaje hasta mi casa. El año que pasé en el Liceo, saliendo sólo los fines de semana y sabiendo que ella estaba enferma fue muy duro, de los peores de mi vida.

-¿Es más cómodo el lugar del fiscal que el de juez, o de defensor?
-Dada la altísima ineficiencia de la Justicia hoy, el rol más cómodo es el de defensor y si se tiene la suerte de pertenecer a ciertos estudios "con llegada" no sólo es el más cómodo sino el mejor remunerado.

-¿En qué caso grande le hubiera gustado intervenir?
-A mí me gustan dos tipos de casos: los homicidios donde hay que jugar una especie de ajedrez para investigar o los grandes casos de corrupción en los que la Justicia puede ser útil para corregir la situación.

-¿Qué falta no les perdonaría a sus subordinados?
-Pasarse al enemigo.

-¿Y quién es el enemigo?
-El bando de los deshonestos, usar un cargo que la comunidad paga para encubrir la corrupción. Eso es imperdonable, cruzarse a la vereda de enfrente. No tiene retorno. Podría perdonarlo personalmente pero nunca como hombre de la Justicia. Tuve un empleado, un ordenanza, acusado de corrupción de menores. Lo visité en la cárcel, le llevé algunas cositas pero nunca hubiera movido un dedo para mejorar su situación.

-¿Por cuál de sus colaboradores pondría las manos en el fuego?
--Por todos.

-¿Son muchos?
-Quince.

-¿Qué circunstancias lo harían abandonar la Justicia?
-Si advirtiera que los fracasos superan netamente los aciertos.. O que en algún momento se me impidiera hacer libremente mi trabajo, o que el grado de corrupción lo hiciera irrespirable. O si se me da la gana y quiera ser mago, nada más, o tener todas las vidas que uno no ha podido tener.

-¿Qué insulto lo ofende más?
-El que pone en duda la honestidad.

-¿Y cuál es el que usa con mayor fervor?
-Tengo una amplia variedad para cada ocasión. Cuando me pongo loco digo cualquier cosa. En ese sentido mi cultura está bastante enriquecida.

-¿Un pintor?
-El Bosco. El Bosco y Brueghel. Yo viví dos años en Madrid y tenía entrada gratis a El Prado. Habré ido casi cien veces y sin embargo conozco poco el museo porque me costaba salir de esa planta baja. Ahí me explotaba la imaginación. Algo que también me pasa frente a El entierro del conde de Orgaz. Puedo quedarme una hora delante de él, en Toledo, imaginándome qué pasaba por la cabeza de cada uno de esos hombres. Y Monet, la delicadeza de Monet. En el primer caso es un interés intelectual; en el segundo, religioso. En el caso de Monet, la experiencia estética.

-¿Un libro?
-Y... Albert Camus. La peste. Es el libro de este siglo que más me impresionó.

-¿Una música?
-Tengo un tapón en la oreja, pero Mozart me gusta, claramente.

-¿Una ciudad?
-Lisboa. Es muy cosmopolita y muy portuguesa. Muy melancólica también. Lisboa es la ciudad más hermosa del mundo.

-Siendo usted mago no puedo dejar de preguntarle por un truco preferido.
-Uno de cartas. Se llama "Fuera de este mundo" y era el preferido de Churchill. En plena guerra levantaba reuniones para que Paul Curry se lo hiciera, por enésima vez, y poder descifrarlo.

-¿Y en qué consiste ese metafísico "Fuera de este mundo"?
-El mago da un mazo de cartas al espectador, que tiene que dividirlas, siempre boca abajo y sin verlas, por color. Cuando las da vuelta, el espectador ha acertado: están todas las rojas juntas y las negras con las negras.

-¿Una figura importante en su vida?
-Margarita, mi mujer. Es mi brújula. Cuando aflojo, ella me marca el rumbo con total generosidad. Digo generosidad porque sabe que ese rumbo es el que no trae ni honores ni dinero y sí algunas amarguras. En eso es inflexible.

-¿Qué deuda tiene con usted mismo?
--Convertirme.

-¿Cómo dijo?
-Convertirme , un cristiano siempre debe convertirse para ser un buen cristiano. Y esa deuda no se paga hasta el último día.

-Y en un plano más terrenal, ¿qué se debe todavía?
-A mí la vida me dio mucho. Pero, a lo mejor, volver a pasear por ciudades que me dan mucha nostalgia y poder tener más tiempo con la familia y con los amigos. Disfrutar más de todo eso. Que no es poco.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Tolkien, filo-lefebvriano.


En medios neocones se suele leer un poco de Tolkien, especialmente su obra ya clásica El Señor de los Anillos.Lectura que llega a ser tergiversada bastante de forma que ellos —los neocones— son como la Compañía del Anillo, los caballeros de Rohan o los últimos resistentes de Minas Tirith. Se lee en clave epopéyica con obvia identificación con “los buenos”.

Un poco como a Chesterton, los neocones usan y abusan de Tolkien para sus propios fines. Ved, sino, cómo aparece infinidad de veces para justificar cualquier cosa aquí. En los Estados Unidos, incluso llegaron a identificar a Irak con Mordor…

Pero así como no se ve cómo el socialismo dickeniano de Chesterton (o distributismo si preferís) puede encajar con un proyecto neoliberal como fue el de la revista Chesterton de Alex Rosal, José A. Fúster, César Vidal, Pío Mora, Pedro Trevijano, etc., gracias a Dios, ya desaparecida; tampoco vemos cómo los neocones pueden sumar para sí a quien pensaba de una forma tan radicalmente distinta, como el siguiente relato de uno de sus nietos, Simon Tolkien.

Recuerdo vívidamente ir a la iglesia con él [John Ronald Reuel Tolkien] en Bournemouth. Él era un católico devoto y fue poco después de que la Iglesia cambió la liturgia, del latín al inglés. Mi abuelo obviamente no estaba de acuerdo con esto y decía todas las respuestas muy alto en latín mientras que el resto de la asamblea respondía en inglés. Toda la experiencia me resultaba bastante torturante, pero mi abuelo no se inmutaba. Simplemente debía hacer lo que él creía era correcto. Heredó la religión de su madre, excluida de la familia posteriormente a su conversión y, luego, murió pobre cuando mi abuelo tenía sólo 12 años.

[Simon Tolkien, “Mi abuelo”, The Mail on Sunday (23 de febrero de 2003).]

Lo que se agrega a numerosos testimonios de sus biógrafos.


[InfoCaótica, 23-Mar-2013]

martes, 22 de septiembre de 2015

Juan Manuel de Prada: Santa ira.


[XL Semanal, 20-Sep-2015]

SANTA IRA

A veces recibo reconvenciones de hipócritas que reprochan mis palabras gruesas e injuriosas, mis intemperancias y raptos coléricos; aunque, más frecuentemente, los hipócritas, en lugar de decírmelo a la cara, se dirigen a quien puede hacerme más daño. Es cierto que a veces deslizo expresiones agrias en mis artículos; pero siempre van dirigidas contra iniquidades que claman al cielo, o contra los canallas que las conciben y ejecutan, por lo que mucho más escandaloso sería callar. Pero el hipócrita, bajo sus modales suavones y sus afectaciones pazguatas, es siempre un monstruo de iniquidad que desea que las iniquidades queden impunes. Mucho me repugnan los reproches de los hipócritas; pero mucho más todavía me repugna que, para reconvenirme, me digan melifluamente que es «muy poco cristiano» adoptar actitudes arriscadas, porque lo que Jesús deseaba es que fuésemos mansos y pusiésemos la otra mejilla.   
Tal sonsonete se funda, naturalmente, en una imagen totalmente tergiversada de Cristo, quecuando exhortaba a la mansedumbre no nos estaba pidiendo que fuésemos unos eunucos con horchata en las venas, ni unos pánfilos miramelindos, ni unos moderaditos inofensivos, sino personas que acatan dócilmente la voluntad divina. Tampoco cuando emplea la imagen retórica de poner la otra mejilla nos está pidiendo Cristo que nos convirtamos en unos seres pasivos que se dejan vapulear por sus agresores, sino que nos recuerda que Dios está con quien recibe una agresión por su causa; y que debemos hacérselo ver al agresor, para que entienda que el daño de su bofetada es ínfimo, comparado con el beneficio de la caricia divina. Que Jesús fue misericordioso y compasivo ante las debilidades del prójimo es algo que está fuera de toda duda; pero que fuese ese ser almibarado y merengosín que pretenden ciertos hipócritas, una especie de paladín del pacifismo más bobalicón y soplagaitas, es falso de toda falsedad. Jesucristo fue el Cordero de Dios, pero también el León de Judá; y de sus rugidos y zarpazos están llenos los Evangelios, que basta leer para que este falso Jesucristo de pitiminí que los hipócritas han construido se derrumbe ante nuestros ojos. Cuando leemos los Evangelios descubrimos, por ejemplo, que Jesús empleaba palabras consoladoras para sanar a los afligidos; pero descubrimos que también empleaba silencios enigmáticos, respuestas irónicas, parábolas terribles, discursos airados y hasta arrebatos coléricos. Jesús, en fin, nada tiene que ver con un predicador capón y melifluo que sonríe condescendiente ante las travesuras de los hombres, a los que mira con plácida benignidad; por el contrario, se revuelve viril y enojado contra los hombres cuando los sorprende en falta, los maldice e increpa con palabras acres, los reprende sin paños calientes y, llegado el caso, se lía a zurriagazos con ellos.
Esta santa ira nos sobrecoge a veces por su ferocidad; pero nos sobrecoge todavía más porque estalla cuando menos lo esperamos. Así, por ejemplo, en el Cenáculo, cuando Pedro se pone suavón y pazguato y lo invita a rehuir la Pasión, Jesús le lanza un anatema brutal (sobre todo teniendo en cuenta que antes lo ha elegido su vicario en la Tierra): «Apártate de mí, Satanás». No tiene empacho Jesús en llorar amorosamente sobre la ciudad que está a punto de inmolarlo; pero tampoco tiene empacho en profetizar que Cafarnaum y Betsaida padecerán mayor condena que Sodoma. A la higuera estéril la maldice, aunque como el mismo evangelista reconoce «no era tiempo de higos». A los mercaderes que se habían instalado en el atrio del templo los expulsa sin miramientos, armado de un látigo. Y a los fariseos les lanza una portentosa filípica, sin recatarse de acribillarlos con las palabras más gruesas e injuriosas: «Raza de víboras, sepulcros blanqueados», etcétera.

Y, en fin, no encontramos en toda la predicación de Cristo ninguno de los tópicos habituales a favor de la paz que tanto gustan de atribuirle los hipócritas. No hallamos en sus palabras ninguna execración de la guerra; y hasta llegó a cultivar cierta amistad con algunos soldados romanos. La paz que repartía a manos llenas entre sus seguidores nada tiene que ver con la paz del mundo, sino con la paz del alma, que se llena de la fragancia de los nardos cuando Dios anida dentro de ella. Y, en fin, Jesús nos advierte sin ambages que no ha venido a traer la paz, sino la espada, y a revolver al hijo contra el padre y a la nuera contra la suegra. Nada más natural, pues, para afrontar tales batallas, que armarse de santa ira. El León de Judá nunca dejó de mostrarse airado ante quienes lo merecían; y reservó sus iras mayores para los bellacos hipócritas.

jueves, 3 de septiembre de 2015

Anécdotas de San Pío X.


No teme a los hombres

El catorce de marzo, cumpleaños del rey Hum­berto, todas las autoridades civiles y militares de Mantua, acostumbraban ir a la catedral, para una ceremonia de acción de gracias y luego concurrían a la sinagoga para otro acto semejante. El hecho llamaba la atención y era ocasión de escándalo. Los Obispos anteriores a Mons. Sarto habían protes­tado pero inútilmente.

En 1889 Mons. Sarto decidió tomar una re­solución enérgica; hizo saber a los magistrados que si después de la ceremonia en la catedral, tenían determinado, como de costumbre, ir al tem­plo de los israelitas, él se vería obligado a no recibirlos en la catedral.

El Prefecto de la ciudad escribió a Roma y la ceremonia de la sinagoga fue suspendida, dijeron por orden del gobierno.


La venganza de un santo

Un malvado comerciante de Mantua hizo imprimir y repartir profusamente un libelo infamatorio contra Mons. Sarto.

Este no tardó mucho en llegar a conocer quién era el autor. A quien le instaba para que lo denunciara, a las autoridades competentes, para tutelar su buen nombre, respondía con su acostumbrada mansedumbre:

—Ese pobre desdichado tiene más necesidad de oraciones que de castigos.

Poco tiempo después, un revés de fortuna precipita en la ruina al miserable. Los acreedores se ensañan con él, acusándolo de quiebra fraudulenta El infeliz al verse perdido, recurre a los parientes y a los amigos, en busca de algún socorro. Todo inútil.

El Obispo difamado y ofendido llega a saber el triste suceso, y haciendo llamar a una piadosa y caritativa señora, le dice:

—Id a visitar a la esposa de ese pobre desgraciado y entregadle este dinero; pero, os lo ruego, no le digáis que soy yo que se lo manda. Si acaso la señora insiste en querer saber quién os envía, decidle que es la más caritativa de las señoras, la Virgen del Perpetuo Socorro.

Así se vengaría, el Obispo Sarto.


Intuición práctica

En una audiencia a los Cardenales, el Papa había preguntado:

— ¿Cuál es Actualmente la cosa más importante para la salvación de la sociedad?

—Abrir muchas escuelas — dijo uno.

 —Multiplicar las iglesias — agregó otro.

 —Fomentar las vocaciones eclesiásticas ;— respondió un tercero.

—No, — continuó Pío X, — lo que en la actualidad es más necesario, es contar con un grupo de laicos, virtuosos, iluminados, resueltos y apóstoles de verdad.


Como el sol

Cierta vez se le hizo observar al Papa que recibía a demasiada gente y sin tener en cuenta muchos requisitos, y que cierto individuo a quien recientemente había dado audiencia, era indigno de su bendición. Pío X respondió:
         
-¿Acaso el sol se contamina cuando posa sus rayos sobre las inmundicias!? Son precisamente los indignos quienes tienen mayor necesidad de mis bendiciones.


Testamento de un santo

Jesucristo nos dio ejemplo de pobreza absoluta y su siervo fidelísimo Pío X se esforzó durante toda su vida por imitar en todo lo posible al Divino Modelo.

Las breves páginas de su testamento comenzaban: “Después de invocar el auxilio divino y la intercesión de la Virgen Inmaculada y de S. José, confiando en la divina Misericordia para el perdón de mis culpas, extiendo el acta de mi última voluntad”.

Y resumamos toda el alma del gran Pontífice con las últimas frases:

"Nacido en la pobreza, habiendo vivido pobre y seguro de morir pobre, siento profundamente no poder retribuir a tantos que me prestaron exquisitos favores, en Mantua,, en Venecia, en Roma, y no pudiendo darles muestra alguna de mi agradecimiento, ruego a Dios que los recompense con las mejores gracias”.

Visto en Syllabus, 20-08-2013.