domingo, 25 de septiembre de 2011

Películas sobre la crisis.


Dos películas interesantes ya han aparecido sobre el advenimiento en Estados Unidos de la crisis financiera y económica, que desde el 2008 ha estado amenazando con arruinar subrepticiamente todo el modo de vida de Occidente. Ambas películas están bien hechas. Ambas son persuasivas. Sin embargo una dice que los banqueros son héroes mientras que la otra dice que son villanos. Si la sociedad occidental debe tener algún futuro, la contradicción amerita reflexión.
La película documental Inside Job consiste en una serie de entrevistas con banqueros, políticos, economistas, hombres de negocio, periodistas, intelectuales, consejeros financieros, etc. Emerge de esto un panorama aterrador de codicia y confabulación para el fraude en la cima de la sociedad americana en todos esos campos. La libre empresa fue la justificación para abolir el control sobre actividades financieras durante las décadas de 1980 y 1990, que otorgó a los hombres de dinero constantemente más poder hasta que lograron poner bajo su control a todos los políticos o periodistas o académicos influyentes. De tal modo que todavía está en marcha el despiadado proceso de saqueo de las clases media y trabajadora. La ira de las víctimas va creciendo hacia una explosión, pero, al menos por el momento, los hombres de dinero no pueden dejar de saciarse del bebedero que ellos mismos tan bien han planeado para su propio provecho. “La codicia es buena. Hace que el mundo funcione”, dicen los banksters (banqueros-gangsters).
En la segunda película Too Big to Fail, se reproducen los eventos dramáticos del otoño 2008 nucleados en el colapso de Lehmann Brothers, uno de los principales bancos de inversión en Nueva York. Hank Paulson, entonces Secretario del Tesoro de Estados Unidos, aparece haciendo una clásica decisión de libre empresa, rechazando el salvataje gubernamental dejando así caer en bancarrota a Lehman Brothers. Pero el resultado es una sacudida tan fuerte para la comunidad financiera global, amenazando derrumbar el comercio y las finanzas mundiales, a punto tal que Paulson y sus camaradas del gobierno con la ayuda de todos los banqueros principales de Nueva York, tienen que persuadir al Congreso de Estados Unidos para que apruebe un salvataje por parte de los contribuyentes a favor de los grandes bancos a los cuales no se les puede permitir caer. Y, justo a tiempo, él lo logra. El sistema está salvado. El gobierno y los banqueros son los héroes del día. Una vez más se comprueba que el capitalismo es la maravilla que siempre sabíamos que era - ¡Gracias a la intervención socialista!
Entonces, los banqueros, ¿son héroes o villanos? Respuesta, héroes a corto plazo, lo cual es mucho decir, ciertamente villanos a largo plazo porque se necesita muy poco sentido común para comprender que debido a que toda sociedad necesita del altruismo, ninguna sociedad puede construirse sobre la codicia, es decir el egoísmo. En toda sociedad siempre habrá los que tienen y los que no tienen (ver Jn.XII, 8). Los dirigentes de la sociedad que tienen el dinero y el poder absolutamente deben  cuidar a las masas que no tienen ni el uno ni el otro, de otra manera habrá revolución y caos. Naturalmente, los globalistas están contando con el caos de mañana para que les dé el poder mundial al día siguiente, pero, aunque ellos pueden proponer, es Dios quien dispone.
Mientras tanto, los Católicos y cualquiera a quien le importe el futuro, tendrían que ver estas dos películas y entonces proponerse a sí mismos algunas preguntas incómodas acerca del capitalismo y la libre empresa. ¿Por cuál prodigio el capitalismo podía ser salvado esta vez solamente por el socialismo? ¿Es el gobierno entonces realmente tan malo? ¿Es el capitalismo realmente tan bueno? ¿Cómo una sociedad puede depender de hombres codiciosos para sobrevivir? ¿Como pudo la sociedad haber caído en tal dependencia? Y, ¿hay alguna señal en este momento de que alguien se esté haciendo tales preguntas? O, ¿es que el culto de todos al becerro de oro  -llamemos a las cosas por su nombre- prosigue desenfrenado?
A menos que Jesucristo absuelva a los hombres de sus pecados por medio de sus sacerdotes, ningún sistema de sociedad posterior a la Encarnación puede en última instancia funcionar. El capitalismo solamente se mantuvo como parásito del Catolicismo de siglos precedentes. El Catolicismo, ¿está agotado? ¡El capitalismo está muriendo!                                                                          

Kyrie eleison.

Mons. Richard Williamson, “Comentarios Eleison” Nº 219, 24 de septiembre del 2011.